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Consejos para el mantenimiento del calzado.

Uso.

En el uso diario, para aumentar la vida útil de nuestro calzado lo mejor es, de ser posible, alternar el uso con otro par de zapatillas. Si el uso que le vamos a dar a nuestro calzado demanda una exigencia, como puede ser la práctica de determinada actividad deportiva o el uso en condiciones extremas, como pueden ser el trabajo en un depósito de materiales pesados, o el manejo de productos abrasivos, se aconseja la compra de un calzado apto para dicha actividad.

Cuando compre un par de zapatillas, asegúrese de que el tamaño sea adecuado a su pie, aunque el calzado después de un tiempo de uso se estira y se amolda, una numeración chica, aparte de la incomodidad de usar la zapatilla ajustada, provocara que esta pierda la forma y hasta en algunos casos dañe el material, ya que nuestro pie siempre será mas fuerte que cualquier par de zapatillas. Asimismo una numeración demasiado grande puede generar que nuestra zapatilla se deforme, aparte de la posible aparición de ampollas en el pie a causa del roce con la zapatilla.

Use su calzado acordonado, aunque no muy ajustado, y SIEMPRE (sobre todo para los chicos) desatar y aflojar las zapatillas al sacárselas y no hacer palanca con el otro pie, ya que de esa manera con el tiempo se va a quedar con la suela en la mano. De cualquier manera, si se saca las zapatillas acordonadas, tendrá que desatarlas para volver a ponerlas.

Guardado.

Para el correcto mantenimiento de nuestro nuevo calzado se recomienda (cuando no esté siendo usado), guardarlo en un lugar fresco y ventilado, ya que la humedad puede causar la proliferación de hongos que producen el mal olor. Si el calzado se almacenará durante un largo período de tiempo lo recomendable es que se haga el la caja de cartón original, ya que ésta absorbe la humedad del ambiente, mejor aún si se deja dentro de la caja esos pequeños sobrecitos que por lo general vienen con las zapatillas.

Lavado.

Para lavar las zapatillas cuando el calzado es de cuero lo mejor es un trapo húmedo, y cuando el calzado es de macramé o tela hacerlo con un cepillo de cerdas suaves y poca agua. Evitar sumergir el calzado en agua y sobre todo evitar dejarlo en remojo ya que esto puede afectar los materiales y el pegamento. NO poner las zapatillas en lavarropas ni secarropas, esto aparte de dañar las zapatillas puede hasta afectar su aparato, imagínese el peso de las dos zapatillas mojadas centrifugándose en el mismo lado del tambor del aparato girando a altas revoluciones, esto hará que se pierda el balance forzando el eje y motor de su secarropas, no pasa eso en cambio con la ropa, ya que ésta se adapta a todo el contorno del tambor. Si se puede en cambio echar al lavarropas las plantillas y los cordones. Para el mantenimiento de la higiene del calzado se recomienda el uso de desodorantes para calzado que refrescan y neutralizan las bacterias causantes del mal olor.

Secado.

Secar las zapatillas a la sombra en un lugar ventilado, así evitará que el sol afecte el color del calzado. No utilizar fuentes de calor directas como hornos, estufas o microondas ya que el calor puede deformar la suela.